viernes, 27 de marzo de 2020

CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN. 2° B. de la Vega, Lucía


ENTRE LA LIBERTAD Y LA RESPONSABILIDAD
Aristóteles sostenía que para actuar con libertad una persona primero debe elegir como hacerlo: esta elección implica un momento para reflexionar y decidir de qué manera va a obrar frente a una determina situación.
Sin embargo, muchos filósofos se han preguntado si cuando actuamos lo hacemos de manera libre, las respuestas que se han dado pueden agruparse en dos corrientes filosóficas que contestan estas preguntas basándose en ideas opuestas. Se trata de la tesis determinista y la tesis de la libertad.
·         Determinismo. Plante que siempre actuamos condicionados por causas ajenas a nuestra voluntad que tienen origen en lo biológico, psicológico y social; o sea que nunca elegimos libremente porque siempre van a existir circunstancias que determinan nuestras opciones.  Una reacción violenta frente a un conflicto, o una adicción al juego, por nombrar dos comportamientos posibles, se explicarán a partir de causas psicológicas o sociales que hacen que la persona no tenga alternativas para actuar de otra manera: está determinada por una cierta situación.
·         Tesis de la libertad. Se basa en la idea que para constituirnos de personas debemos elegir de manera permanente, y esa posibilidad de elegir a cada paso nos coloca frente a nuestra libertad. Si bien es cierto que no elegimos absolutamente todo, como, por ejemplo, nacer en un lugar específico (una época, un país, una clase social), siempre que haya posibilidad de elección somos libres, incluso en situaciones límites, por ejemplo, al decidir delatar a alguien bajo tortura o no hacerlo. Esa posibilidad de elección es lo que llamamos libre albedrío.
Sin embargo, con el paso del tiempo, diversas disciplinas, como la filosofía, la historia, la sociología y la antropología, han demostrado que, si bien es cierto que somos personas libres, también es real que nuestras elecciones son el fruto de un contexto sociocultural que nos define como personas. Además de nuestras elecciones no siempre coinciden con aquello que queremos hacer, sino con lo que necesitamos hacer en determinado momento de nuestras vidas.
La liberta de acción
Los seres humanos tenemos una característica inmediatamente vinculada con la libertad: somos seres de acción. Las personas actuamos, y al hacerlo, ponemos en juego nuestra libertad, y al mismo tiempo ayudamos o impedimos que otros actúen y ejerzan su libertad.
Entenderemos por acción a toda conducta humana individual o grupal motivada por algo.
El filósofo alemán Max Weber explicaba que en la “acción está contenida toda la conducta humana en la medida en que el actor asigna un sentido subjetivo”. Dicho de otra manera, significa que en cada cosa que hacemos, por más insignificante que sea, está representado todo los que somos como personas. Y que esa acción tiene un sentido específico debido a nuestra subjetividad.
Todas las personas actuamos con alguna finalidad y hacemos las cosas por algo. Algunas veces las acciones se realizan de manera espontánea y sin reflexionar. Otras, en cambio requieren de una decisión premeditada.  Las acciones que realizamos tienen consecuencias, es decir, somos responsables por ellas.
¿Por qué actuamos como actuamos?
Saber los motivos por los cuales actuamos de una u otra manera no responde a la curiosidad, sino a entender las causas de nuestras acciones. Podríamos alegar que lo hicimos por nuestro libre albedrío, porque somos personas libres y hacemos lo que queremos. Pero sabemos que esto no siempre es así, que simplemente no podemos hacer lo que queremos, porque hay pautas de conducta que debemos seguir, porque existen leyes que indican que hay que cumplir y porque, en definitiva, están los límites morales que nos indican qué es lo correcto y qué es lo incorrecto.
Ahora bien, esas pautas de conducta, esas leyes y límites morales muchas veces no dependen de nosotros, sino que nos son legados por la sociedad. Es más, según la sociedad en la que vivamos, tendremos pautas, leyes y límites morales específicos que pueden o no coincidir con el que tenga otra sociedad.
Es decir que la sociedad, a través de un largo proceso histórico, establece las pautas de conducta de sus miembros. Este proceso es dinámico y cambiante, y lo que antes parecía incorrecto, hoy puede ser válido, y viceversa. Pero, definir qué es lo correcto y qué no es un dilema ético que tendremos a lo largo de la vida. Se suele decir que nunca hay que hacer a los otros lo que no nos gustaría que nos hagan. Ese es un buen parámetro para saber qué es lo correcto y qué no. Se trata de no herir a nadie con nuestras acciones, no solo en términos físicos, sino también emocionales. Pero incluso puede haber cosas que a nosotros no nos molesten y a los otros sí. Por eso, la mejor forma de actuar éticamente es el respeto a los demás, que es la base de la convivencia social.
 Justicia, libertad, responsabilidad y acción

Todos tenemos la misma ambición de ser libres, de hacer lo que queramos cuando lo deseamos y de que nadie nos diga qué o cómo lo tenemos que hacer. Es algo normal y responde a un impulso natural del ser humano de gozar plenamente de su libertad. No nos gustan los límites, nos cuesta adaptarnos a las normas y, muchas veces, rechazamos las pautas de conducta que se nos imponen. El tema es que solo podemos ser sujetos plenos de derecho en la convivencia ciudadana. O sea, es solo en el marco de la vida en sociedad en donde podremos alcanzar el mayor grado de libertad posible.
Si para ser libre necesito de los otros, no tengo más alternativa que aprender a convivir con ellos y así, también, adecuarme a las normas de coexistencia social. Esta convivencia no debe convertirnos en seres pasivos de un orden que se nos impone, sino, por el contrario, debería transformarnos en ciudadanos críticos y activos, en procura de una sociedad mejor, en donde las problemáticas más agudas de la actualidad, como la pobreza, la desigualdad y la degradación del ambiente, no sean cuestiones que nos provoquen indiferencia, sino mayor compromiso.
Aquí podemos unir y repasar los conceptos que vimos en el capítulo. Somos seres individuales que vivimos en una sociedad diversa y compleja, y es la vida en sociedad donde se garantiza nuestra condición de ciudadanos. Esta ciudadanía nos iguala a todos, aunque seamos diferentes por naturaleza. Además, somos en tanto hacemos y tomamos decisiones, y nuestra forma de actuar es una forma de relacionarnos con los otros. Ello implica la adopción de pautas éticas de conducta para saber qué es lo correcto ante cada dilema moral que se nos presenta.
 En síntesis, hay un marco de convivencia social que se expresa en la idea de la justicia, que nos otorga a todos los mismos derechos. En ese plano de igualdad en el que todos tenemos derechos idénticos, nuestra libertad debe enmarcarse en la responsabilidad ética de nuestras acciones.

Tipos de acciones
Según Aristóteles existen dos tipos de acciones las voluntarias o involuntarias.
·         Las voluntarias son las que decidimos realizar las circunstancias y sin que seamos obligados, es decir, elegimos llevarlas a cabo y por lo tanto se nos puede atribuir responsabilidad.
·         Las involuntarias  son las que se realizan con ignorancia sin que haya intención sobre el resultado de esa acción. Aristóteles agrega que una acción es realmente involuntaria si la persona que la realiza expresa arrepentimiento en el caso de provocar un mal.
Otro tipo de clasificar a las acciones es:
·         Acciones individuales. Cuando un solo individuo actúa y lo hace con motivos o una finalidad individual, por ejemplo, lavarse los dientes.
·         Acciones sociales. Se trata de acciones (individuales o grupales) motivadas por las acciones de otras personas y en un contexto social, por ejemplo, jugar a un partido de rugby.
·         Acciones colectivas. Cuando las acciones las realizan un conjunto de personas que comparten motivos y objetivos.
Los motivos de la acción
Un motivo es la razón que uno tiene o cree tener para decidir actuar de determinada manera, es el porqué de una acción. En la realidad las motivaciones suelen combinarse, pero para reflexionar sobre las acciones humanas es útil distinguir entre distintos tipos de motivos.
·         En algunos casos el motivo es la costumbre. Actuamos porque resulta habitual, porque es así como lo indican las reglas de la sociedad, o del grupo al que pertenecemos. Lo que otras personas vienen realizando desde hace tiempo tiene gran influencia, aunque a través del tiempo las costumbres se modifican.
·         En otras acciones, los motivos que predominan son de tipo afectivo o emocional: darle un abrazo a una persona querida, enojarse cuando una situación es injusta o celebrar el triunfo de un  deportista, por ejemplo. Estas acciones no se guían por la razón, sino por las pasiones y los sentimientos.
·         También hay acciones racionales cuando los actores evalúan los medios de los que disponen y como utilizarlos, ya se para lograr un fin o para proteger determinados valores. En el primer caso las personas identifican un objetivo o fin y elijen los medios para alcanzarlo: un estudiante se propone aprobar un examen difícil y por eso decide estudiar el fin de semana y no salir. En el segundo caso, el curso de acción está determinado por la adhesión a ciertos valores, como podría ser el sentido de justicia o el respeto por las ideas de los demás.



  • Lean el texto anterior y respondan:
  1. Expliquen con sus palabras la tesis de la libertad y la tesis determinista.
  2. ¿Por qué se dice que nuestra libertad puede estar condicionada?
  3. ¿Qué es una acción? Expliquen con sus palabras porqué las acciones expresan nuestra subjetividad.
  4. Armen un cuadro sinóptico con la clasificación de las acciones.
  5. ¿Qué motivos explican el accionar humano?
  6. ¿Qué relación existe entre conducta y sociedad? 
  7. Armen un párrafo relacionando los siguientes conceptos: sujeto pleno; convivencia; libertad; pensamiento crítico y reflexivo; problemas sociales.

ACLARACIONES: 
    • Las respuestas deberán ser enviadas a: luciadlvega@gmail.com , detallando nombre y apellido del alumno.
    • Las resoluciones deberán ser enviadas el martes 31/03  y serán luego firmadas en sus planillas de tareas.

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